sábado, 5 de noviembre de 2011

"¿Por Qué es Importante la Música en la Etapa de 0 - 6 años?"

Para introducirnos en el tema...
La música es importante para los niños. Algunos desean escucharla aislados y solos a través de sus auriculares, mientras que otros prefieren cantarla, tararearla o silbarla. Algunos quieren tocarla con un instrumento musical, ya sea sólo o con amigos; mientras que otros disfrutan bailándola, lo que da lugar a respuestas físicas.

Algunos desean crear su propia música y letras, juegos o danzas que pueden acompañarla. Las experiencias musicales, por ende, son importantes en la vida de los niños y niñas.

↔ ↔ ↔ ↔ ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔  ↔ ↔ ↔ ↔ ↔

Las madres han acunado y cantado nanas a sus bebés durante siglos. También han practicado juegos motores con los más pequeños mientras cantaban sencillas canciones. A través de estas prácticas cotidianas, han logrado tranquilizarlos y provocar las sonrisas y risas de niños y niñas que repetían incansablemente: “¡Otra vez!”. La música, los sonidos y el contacto que se establece entre el adulto y el niño producen este efecto “mágico”. Se trata de un contacto que comienza incluso antes del nacimiento. De hecho, hoy sabemos que el feto escucha y siente la vibración de los sonidos del interior (el latido del corazón y los sonidos producidos por el aparato digestivo de la madre) y del exterior (voces, música, ruidos, etc.) entre las 24 y 30 semanas de gestación, y que reacciona a estos estímulos a través del movimiento. También se ha comprobado que algunas conductas del recién nacido guardan relación con los estímulos sonoros y musicales recibidos en su vida intrauterina; por ejemplo, reconocer la voz de la madre y del padre diferenciándolas de las otras personas, calmarse al oír el latido cardíaco de la madre, o reconocer y preferir las canciones que le cantaron o la música que oyó mientras estaba en el vientre materno.


Tras el nacimiento, otros muchos factores hacen que los sonidos y la música sean, sin duda, importantes para los niños. Constituyen un elemento clave a la hora de descubrir y tomar contacto con el mundo que les rodea, de desarrollar su percepción auditiva, de comunicarse y socializarse, de usar su imaginación y desarrollar su creatividad, de expresar lo que no pueden decir con palabras y, también, una fuente inagotable de disfrute, entretenimiento y placer. A estos factores, que por sí mismos serían suficientes para justificar la importancia que los sonidos y la música tienen para los pequeños, se pueden añadir otros más, relacionados con los beneficios que una educación musical temprana aporta al desarrollo de la inteligencia y de una serie de habilidades muy diversas, como ha quedado demostrado en diferentes investigaciones. Hoy se sabe que existe una fuerte correlación entre la educación musical y el desarrollo de habilidades que los niños y niñas necesitarán a lo largo de su vida, entre ellas, la autodisciplina, la paciencia, la sensibilidad, la coordinación, el trabajo en equipo o la capacidad para memorizar y concentrarse. A su vez, diversos estudios han examinado los efectos de la educación musical en el rendimiento académico de los niños (as) y en el aprendizaje de la lengua o las matemáticas. Esto no significa, obviamente, que los niños no puedan aprender sin la música; muchos lo hacen. Sin embargo, es evidente que la música les proporcionará más y mejores oportunidades de desarrollo.

Pero la educación musical no debe valorarse sólo por lo que las investigaciones han podido demostrar. Más allá de esas evidencias, la música ha sido y es uno de los ingredientes esenciales en la vida de las personas de todas las edades y culturas. En este contexto, el papel de las madres, padres y educadoras infantiles es, sin duda, fundamental. Son ellos quienes pueden y deben ayudar a los niños y niñas a conectarse con el mundo sonoro que les rodea. Así, desde el nacimiento (o incluso antes), debemos ser concientes de la importancia de ofrecer diversos estímulos musicales a los más pequeños y de “enseñarles” música del mismo modo en que les enseñamos a hablar, es decir, de una manera natural, proporcionándoles oportunidades para observar, escuchar, experimentar, copiar modelos y comunicarse. Si no lo hacemos, habremos perdido un tiempo sumamente valioso y lleno de oportunidades que no podrá recuperarse.

Bibliografía:
→ "La Música en la Escuela Infantil (0 - 6)" (Akoschky, Alsina, Díaz y Giráldez. [2008]. Editorial GRÁO)

No hay comentarios:

Publicar un comentario